¿Friki se nace o se hace?
Publicado por Sergio García Esteban el 24/01/2023
Si habéis escuchado los podcasts, os habréis dado cuenta de que, desde el capítulo uno, hemos hecho la misma pregunta a todos los invitados: ¿friki se nace o se hace? Esta cuestión podría haberse quedado ahí, en el primer episodio, pero me gustó tanto la respuesta que, en el capítulo dos, decidí volver a lanzarla. En esta ocasión, me sorprendió lo diferente que fue la contestación con relación al programa anterior por lo que, cuando llegó el episodio tres, no lo dudé y la hice de nuevo. Todo empezó de casualidad, pero hay que reconocer que se ha convertido en una de las señas del programa.
A pesar de que solo hay dos posibles respuestas a esta pregunta, la justificación que hay detrás es lo que la hace verdaderamente interesante. Si tenemos eso en cuenta, todas las contestaciones son diferentes y, además, han servido para contarnos un poco más acerca de cada uno de los invitados que han venido a pasar un buen rato al podcast.
Han pasado más de veinte programas desde que ‘Palabra de Friki’ comenzó, allá por septiembre de 2021. En todo este tiempo, habéis escuchado múltiples respuestas, pero yo nunca he respondido a este interrogante. Por ello, no se me ocurre mejor manera de inaugurar ‘El blog del Friki’ que dar mi propia versión de todo esto. ¿Friki se nace o se hace? Aquí os hablo de ello.
Sin entrar en terrenos filosóficos o científicos, desde mi punto de vista hay una predisposición desde que nacemos a ser friki, algo así como un gen geek, que hace que nos sintamos atraídos por todo aquello que se engloba dentro de este término: videojuegos, cómics, anime, cosplay, cine, etc.; ahora bien, de nosotros depende fomentar o no esa parte. Dicho de otro modo, de nada sirve ser un virtuoso del violín si no nos atrae nada este instrumento, o no tiene sentido ser un crack en el fútbol si nos gusta más, por ejemplo, el baloncesto. Como dijo Ben Parker, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Por todo ello, me atrevería a decir que todos nacemos, en mayor o en menor medida, frikis, pero si decidimos no fomentar esa cualidad nunca llegaremos a definirnos como tal.
En este sentido, el entorno en el que vivamos y la gente con la que nos juntemos ejerce una influencia enorme sobre nosotros. Personalmente, empezó a gustarme el anime cuando, de pequeño, encontré a mis hermanos mayores viendo Dragon Ball en la televisión, y me hice aficionado a los videojuegos porque ellos jugaban al primer Super Mario de NES. Aunque he de reconocer que yo soy mucho más friki que ellos, para qué nos vamos a engañar.
Una vez que te introduces en este mundo, puedes descubrir muchas otras cosas que, de otra forma, nunca habrías conocido. Yo tengo claro que llegué a Pokémon y a la saga de Final Fantasy gracias a que, de pequeño, me gustaba ver cómo mis hermanos jugaban a Super Mario.
Lo cierto es que, aunque se nace, uno también se hace friki. Y esto es precisamente lo interesante, pues podemos llegar a ser frikis cuando queramos, nunca es tarde. Que se lo digan si no a Stingray, o Mantarraya, en Cobra Kai.
Hasta aquí el primer post del blog, frikis. Si os ha gustado, espero que le deis amor compartiéndolo con vuestros amigos y en redes sociales. Si no os ha gustado, hacédmelo saber también, que siempre se puede mejorar.
En la medida de lo posible, trataré de ir actualizando el contenido de esta sección, no solo con artículos de opinión, sino también con críticas a series, películas y análisis de videojuegos. Permaneced atentos a todas las publicaciones en Instragram y Twitter para enteraros de todo.